…Tan solo un pensamiento en un solo par de corazones,
la pasión los lleva a un éxtasis desconocido y algo incontenible separa sus
cuerpos del contacto de sus labios. Sus miradas se entrecruzan hasta arder todo
su cuerpo y sienten fuego subir por la garganta para gritar sus ansias a los
cielos…
Mientras el roce de sus manos electrifica el ambiente,
y el fuego de su alma enciende sus ojos, y el cerebro se funde mientras el
corazón controla sus labios.
Un corte profundo de sangre plateada en el cielo, una
pinza brillante que sostiene la oscuridad con delicada fuerza, evita que escape
ese poder, mientras un torbellino encierra miles de miradas que reflejan un
mismo rostro, la faz del apasionado. Y buscan probar su sabor, el sabor de su
fuego, el color de su energía…
Siente el toque de calor del otoño, recuerda la
calidez del verano, olvida la “frialdad” de la antigua primavera. La pasión
hizo nacer ahora el “fuego” del invierno, calienta los cuerpos muertos, revive
sus labios y hace latir fervorosamente sus corazones… No se romperá ninguno,
esta vez, se sanaran por su destino.
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