viernes, 1 de enero de 2010

Sìntesis


Protègeme de mis deseos. Los deseos de vivir una peligrosa aventura, los deseos de sufrir por un amor escandaloso. Los deseos de volverme loco…

Déjame amarte sin razón aparente, aunque no lo entiendas, aunque me olvides, aunque el que llore la ausencia de ciertos abrazos sólo sea yo. Aunque los aromas especiales se pierdan en el portal de tu mente, entre tus propios recuerdos, entre los eternos segundos.

Entre las dificultades, los augurios, las penas, los insultos, la inmadurez de los adultos, la seriedad de los infantes. Olvidándome entre sonrisas cortantes, escribiendo con versos invisibles.

Perdonando, olvidando, descubriendo cosas nuevas en cada soplo de tu viento, en cada orilla de tu encuentro. Lloviendo entre aguas parecidas a las lágrimas, entre seres similares en entrañas, entre coincidencias y profecías extrañas.

Llévame a un mundo donde se pierdan las ramas y semillas. Llévame a morir entre tus brazos, llévame a vivir por tus abrazos.

Déjame disfrutar cada encuentro, cada abrazo, cada caricia, cada beso, cada intento.

Déjame caer en la desesperación de los irracionales celos, déjame el calor de tus deseos, llévame con tus manos a pasear entre mis dedos, deja que los míos jueguen en tus cabellos.

Regálame el perfil de tus labios en la oscuridad de una habitación, invítame a mi cuarto con una mujer desconocida en sensación.

Rompamos las amarras de los adjetivos calificativos, olvidemos nuestros nombres en el éxtasis de la eternidad, llevémonos los recuerdos, hagamos los sueños realidad.

Fundamos las armas entre los nudos de la tierra, sequemos el egoísmo, la ambición, el miedo, juntemos nuestros labios entre el deseo de algo mejor. Hundirse en los ojos ardientes de los seres elementales…

Llevemos el poder de la voz a las mentes circundantes, lancemos los rayos de sol a los pilares de la incertidumbre, empalicemos con la nada y el infinito. Limpiemos con agua los males del mundo, cubramos con tierra las explosiones de pólvora y odio, que el viento se lleve las envidias y los malos acuerdos, quememos vivaces el temor de ser libres.

Volvamos a perder el control de la realidad, amemos en verdad, cortemos la piel rocosa de nuestras jaulas y prejuicios.

Equilibrémonos juntos, amemos y dialoguemos, vivamos, eternos. Buscando la alegria tras el tormento.


Gaia...