martes, 30 de junio de 2015

Días de afecto

Es lindo que te entreguen afecto, aunque masivamente ocurra sólo una vez al añio.
El FaceBook avisa y aparecen los conocidos, desconocidos y amigos.
Algunos que no ves hace años y con los que ya no hay conexión,
sin embargo igual me provocan sonreír ante la buena vibra de un saludo a la distancia,  un abrazo virtual.

Es lindo lo debo admitir, aunque nunca le de mucha importancia a esta fecha.
El resto del año y de la vida quedan los más cercanos, a los que puedo decir te amo sin miedo a prejucios,
a los que puedo llamar hermanos y que a pesar de conocer mis lados más grises siguen conmigo.
Son lo más valiosos de los momentos contemporanéos y trascendentales.

Asumo que narro mi existir desde una perspectiva de entidad.
Hay veces en que no sé si estoy recordando esta vida en algun sueño de otra época.
O serán locuras seniles de otra era ezquisofrénica.

No puedo ni quiero evitar el romanticismo, lo busco donde quizás no existe, en un intento por reconciliarme con la humanidad que tanto daño ha hecho y sigue haciendo.

Tengo lo bello del mundo bien definido, mi hija, mis amigos, mi familia, la naturaleza, los animales, las miradas, la magia, la imaginación, el arte, la curiosidad, el canto, la música, los abrazos...

Sigo sintiendomé incompleto,  seré yo el problema?
Será que soy insaciable de afecto,  o tal vez es la sensación clara de la muerte que me espera paciente mientras intento alargar cada segundo en la eternidad de mi mente.

Sí hubiese tenido un deseo para el cumpleaños,
creo que una nota suya, un saludo seco, un rastro de afecto aunque fuese por compromiso...(si hasta mi exmujer me saludo, eso me desconcertó, fuera de la agresividad normal con que me trata)

Pero ... nada,  sigues sin aparecer y aún después de lo que para mí ha sido una eternidad no he podido comprender que pasó por tu mente.  Siempre fui sincero contigo, no era problema ser tu amigo.
Algo cambio por haber tenido una vida de casado sin haberte podido olvidar?
Fui sincero nuevamente y me costó tu presencia en mi camino.

A pesar de eso, no me arrepiento, fui capaz de superar el miedo, el prejuicio, el "que dirán"...?
fui capaz de enfrentar el miedo de perderte y encararte tomando el riesgo pero dándolo todo al final.

Entonces, fuiste tú la que tuvo miedo?  No sé de que.  Sabes que no haría nada contra tu voluntad, pero no puedes prohibirme hablar. Aguanté por años las ganas de volver a abrazarte y besarte.
Cada noche de desenfrenada pasión, de lujuria y de amor, cada canción de trova, cada verso oscuro, cada día brillante. Sin forzarlo tu nombre se sigue colando entre mis labios.  No significa que me iba a detener por un desamor.  Mi vida debía seguir adelante por eso amé a mi mujer,  pero igual aparecía tu voz, tu piel, tu aroma, tu boca.  Me hubiese aguantado toda la vida sólo por poder tenerte cerca. Pero te debía la verdad.

Necesitaba ser sincero, salir de las dudas, para no pensar luego en el que tal sí...
Conociendo la posibilidad de que huyeses Laura.

El mejor regalo hubiese sido al menos divisarte a lo lejos, recoger la brisa de tu aroma, ver la luz de tu piel.
Deleitarme con la claridad de tu mirada y el sonido de tu canto.

El mejor regalo sería que hubieses sido valiente, por lo menos para ser mi amiga.
Pero esa actitud que tomaste, me dejo un amargo sabor.
Pensé que podrías con la verdad y seguir de manera madura.

Es cierto que también fui yo el que te idealizó,
te convertías para mí en la mujer perfecta en cada momento,
con cada suspiro te amaba con mayor fuerza,
en cada segundo anhelaba más tu presencia.

Sin mero esfuerzo, sin forzar la conciencia
brota tu nombre de mi boca sedienta.
Tan normal como convertir el aire en veneno mientras respira el ser humano.

Es una obsesión, pero no cualquier obsesión.
No me siento lastimado por tu recuerdo,
ni culpable por siempre haber deseado estar contigo.
Tenía que seguir mi existencia, pero me fue imposible olvidarte
y francamente , no quisiera hacerlo.

Deseo que se cruce el perfume de tu ser nuevamente en mi ruta,
pero ya depende eso de las desiciones que ambos tomemos.
No te buscaré, no mientras estés huyendo, pero no dejaré de amarte por el hecho de no poseer tu cuerpo.

Fue bello recibir atención y afecto,
fue bello recibir saludos de seres extraviados en el tiempo,
fue revitalizante el tiempo con los amigos,
las risas, los abrazos, las reuniones y juegos...

Sin embargo y como cada día, me faltó mi Lau.  Pero, he de vivir con eso.