Anoche alguien me comento; “deberías estar feliz
cuando escribes“.
Le pregunte el por qué y me dijo; “porque es lo que te gusta hacer”. Era
cierto, pero no es solo por eso que escribo, le dije que escribía dependiendo
de mis sentimientos. En ese momento me di cuenta de que la mayoría de las veces
estoy triste cuando escribo. En vez de escribir lo bien que me siento al estar
contigo, lo feliz que me siento cuando te veo feliz, la alegría que me llena
cuando yo te hago feliz, lo dichoso que estoy cuando me regalas una sonrisa.
De ahora en adelante, también escribiré contento, como en este momento, en el
que pienso en ti y una sonrisa acompaña a mis ojos tristes.
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