Despertar en un lugar
desconocido y enorme, miras a tu alrededor y ves rostros con miradas claras
rodeando la oscuridad. Mientras te diriges al centro de lo que imaginas
felicidad. Y la espera no se presenta, aparece lucidamente, la compañía y la
gente, el hombre sonríe, conoce, llora y celebra, se encuentra frente a un
mundo que lo cobija con su fría oscuridad, lo dirige con su cálida luz.
Reconoce las miradas de aquellas sonrisas, se mueve, se excede, luego se
sienta, después duerme.
Despertar en un lugar ya
familiar, el sabor de la noche aun en la boca llevar.
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