martes, 3 de mayo de 2016

Mientras en un subconsiente, el futuro.

No sé que fecha era,  pero ya no vivía en Santiago.

Hacia frío, había nubes y viento. pero me hallaba extrañamente feliz.

Mi hija ya había salido del colegio,  estaba en casa descansando,
yo iba camino a la estación...

Mi corazón iba acelerado y la sonrisa era incapaz de decaer.

La razón se presentó ante mis ojos,
llevabas el cabello más corto, y tu fisionomía algo más ancha,
pero tu ojos, tu nariz, tu sonrisa, tu piel, tu luz.
Toda tú seguías siendo perfecta.
Mis ojos se llenaban de lágrimas mientras me acerqué `para ayudarte con las maletas,
estiraste tus brazos y yo choqueado no puede corresponder tu abrazo,
pero si apoye mi mejilla junto a la tuya y exhale gratamente el aroma de tu pelo.

En casa Lirkay te recibió con un abrazo y se pusieron a conversar del viaje,
de la vida, de tu hijo y la familia.
Después de todo, su personalidad siempre encantaba a mis amistades
y se entregaban rápidamente ante su curiosidad de niña,
a pesar de que ya no lo era hace tiempo.

Mientras me puse a alistar lo que faltaba para la comida.
Lirkay se quedó en el depa mientras subimos al techo del edificio,
era uno de esos antiguos, con las paredes externas oscurecidas por el tiempo y la humedad.
Pero el atardecer nos daba un cálido momento, arriba ya había dispuesto un sofá y una mesa para dejar el sushi, adémas de un cooler con cervezas.
Debíamos ponernos al día de tantos años sin un abrazo de cumpleaños,
sin conversaciones nocturnas ni celebraciones bizarras.

Ambos ya estábamos más grandes, tal vez era el momento correcto.
Las responsabilidades estaban bajo control,
no recuerdo cuanto tiempo llevabas ya separada,
pero sin duda estiraste la experiencia marital mucho más que yo.
Se entiende, estabas en un sitio diferente,
en circunstancias que ameritaban un apoyo constante.  No distante

Pero en ese momento,  el universo era nuestro,
el sol bañaba tu rostro pecoso dulcemente
y recuerdo haber deseado ser esa luz que podía sentir la tibieza de tus labios.
Pusimos música y en un momento de silencio callamos, nos acurrucamos y miramos como se llenaba el cielo de estrellas y el mar de su resplandor, del tuyo, del nuestro.
En danza frenética todo se movilizaba para crear el instante perfecto en el que sentí que volviste a mi vida...


Desperté muy feliz de que la vida y el tiempo te traiga sorpresas,  ya sea en forma de sueño, o como una visión futurística de un posible encuentro...Te amo Briganthya

domingo, 1 de mayo de 2016

Cae la lluvia, Recuerdos de Magia

Son las 3:48, debería trabajar,
pero por un llamado de antaño busco tus fotos,
leo tus escritos bajo cada una.
Y caigo en la tortura de desearte.

Trato de hallar una pista inexistente en tu sonrisa.
Un te amo oxidado en el dintel de mi cuarto,
un recuerdo de el mejor viaje a tu lado.

Las voces de las hadas y seres de antaño me llenan de magia,
el recuerdo de tu sonrisa me llena de alegría y al instante de pena.

Alegría de haberte conocido, de haberte amado,
de haber podido sentir el calor de tu piel junto a la mía,
de haber viajado a tu lado, de sostener tu mano y arrancarte sonrisas.
La felicidad de la intimidad apasionada que nunca llegó a todo pero jamás fue nada.

Pena, por el dolor de no luchar por ti, por el dolor de tu partida,
huiste tan lejos que no te pude seguir,  e ilusamente creí poder reemplazarte,
nunca dejé de desearte, ni ahora cuando una amistad a distancia llena los vacíos de mis noches.

Sé que eres feliz, y estoy en paz con eso.
Pero no puedo dejar de sentir que por mi culpa perdí, de hecho,
a la mejor persona que pude haber tenido junto a mi pecho.

Por algo pasan las cosas siempre me digo.
Y llegaste a colmarme de felicidad, mientras que yo fui demasiado inmaduro para apreciarte.
La más pura, la más brillante y sensual de mis musas, aún ahora te me apareces como espectro para interpretar la danza frenética de esos ocho meses.
Que llenaron de años mi experiencia.

Aprendí a luchar por quien quiero, aunque no sea la persona perfecta.
Aprendí a no caer en el juego de los imbéciles que inventan mentiras a mis espaldas,
aprendí a llegar más allá de los miedos.
A manipular aún más la magia, a entregarme por completo,
sin necesidad de perderme en el proceso.

Empecé con tristeza a recordarte, pero ya mi pecho se reconforta, aún vives y estás a salvo.
La lluvia calla a lo lejos.
Haciendo tu vida a la corta distancia que me otorga medio continente.
Aún eres alegre, y hermosa por sobre todas, aún haces esas caras que me encantan.

Pero nos separan los procesos de nuestro presente,
no puedo saber que pase mañana,
pero te aseguro que si la oportunidad aconteciese,
no te daría la espalda.

La lluvia se detiene, habrá sido una nube traviesa.
Que me traía tu dulce presencia, sin esperar ya nada.

Te amo mi mágica Briganthya.
Ya nos veremos, cuando vuelva a dar vuelta la rueda y nos topemos una vez más cara a cara