..el muchacho despertò y me descubriò con unos ojos hinchados como canicas. Al
instante mis manos abrazaron su cuello y mis dedos acariciaron con furia su càlida piel...
èl no me decìa nada, pero sus facciones hacìan notar un temor de penumbra, como si yo
fuera un fantasma...
...su rostro se puso rojo y empezò a hincharse, podìa sentir sus lentas palpitaciones en
mis palmas. De pronto reaccionò y lanzò un manotazo que me aturdiò un momento...
...me alejè corriendo...
...al terminar la llamada de mi celular el muchacho ya se habìa esfumado y volvì a mi
trabajo sin saber si lo encontrarìa de nuevo... y con un fuerte dolor alrededor de mi
amoratado cuello...
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