Hoy me encargaron cortar unos árboles, me senté al lado de cada uno, charlamos y le expliqué porque haría lo que iba a hacer, y que no era algo que yo hubiese hecho normalmente, le prometí sólo dejarlo más pequeño, sin embargo el dolor era inevitable su resistencia también. Tuvimos una sudorosa lucha, bajo el sol de la mañana, entre ramas húmedas y ojos llorosos, entre suspiros y inacabables disculpas, cuando terminé, me dio mucha pena haber luchado contra ese enredo natural de las copas, contra la sombra de sus hojas...
El caos es parte de la vida, como el dolor, y la plenitud como crecer y caer, como luchar y mantenerse en pie, todos lo damos por hecho, pero no nos paramos a pensar en ello
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