miércoles, 31 de marzo de 2010

Cambio Forzado.

Despertando temprano con la luna aún sumida en mis sueños,
saludo con una mano al sol para cubrir mi rostro de sombras plateadas.

El desayuno se atrasó nuevamente y el olvido usual hizo que dejara mi chaqueta en casa, colgada junto a esos sombreros extravagantes que colecciono con ocio apasionado.

Veo pasar los hombres a mi lado, son cuadrados y apagados robots de tonos grises y negros, cubiertos de vapores y humo de cigarro... con corbatas cínicas colgando de sus cuellos apagados, sin mordeduras ni besos.

Sin embargo, veo a cada mujer que pasa con ternura,
me inspira cada una un amor oculto,
a cada cuál le besaría desde el cuello hasta sus labios resecos por el calor de Santiago,
descubriendo entre caricias ardientes; a ratos lentas, ágiles y sedientas, cada fibra hermosa de su ser. Para mí todas son hermosas... todas tienen la posibilidad infinita de buscar o esperar el amor pues siempre abrá algún demente que les quiera regalar su corazón.


Hablé con una amiga hace poco sobre el tema,
me mencionó una experiencia de antaño, antes de conocer a su pareja:
"yo estaba como tú, buscando o esperando el amor, en todas partes, a cada respiro..."
sosteníamos el humo por turnos para hablar, mientras el cilindro de cannabis bajaba por nuestra garganta...

"sabes, en ese momento me cansé, me puse a puro huevear, vo caxai po (RISAS) y ahí ocnocí a la ******. Justo cuando menos lo esperaba y no buscaba nada, sólo pasó"

Mientras subió el humo hacia el techo trizado de la habitación pensaba en el pasado nostálgico y del porque soy así...
Es el amor acumulado, creciendo con una madre poco cariñosa y un padre algo agresivo... recién nací a los 16 cuando estalle entre el fuego de un no correspondido, recién ahí descubrí quien estaba encerrado en ese cuerpo de niña con problemas para entablar amistad...

Desde ahí me volví adicta a la maravillosa droga que te llena de caricias, besos siempre distintos al último, palabras de deseo de intensa verdad en cada suspiro, acriño o jadeo... me es tan díficil dejar de esperar, de pensar o de vivir para ello.

Sin embargo creo que lo más sano ahora es volverme olvidadiza del amor y dejarlo un momento de lado, quzás así sabré un poco más de satisfacciones que de deseos..

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