martes, 3 de marzo de 2015

Vino Blanco

No puedo decir que no haría lo mismo en tu lugar.
Ese monte lejano desde el que ves amaneceres distintos a los de la ciudad de los humos.
Te amo desde lejos, pero nada más puedo hacer, te comprendo, y cuando te he podido ver, te complemento.
Me inyecto en esos ojos felinos,  a veces cansados,  a veces coquetos,  a veces tristes, a veces difusos envueltos en vuelo.

Lo sabes, te lo dije.  Sin embargo debes saber que no es que me pase rollos,   son asuntos innegables.
Como el instante en que nos unimos,  no se supo de donde vino la amistad.

Llegó con la música, con el atractivo de tu estilo?
Llegó entre los gritos e insultos de europeos cabezadura?
Llegó tal vez entre post-its,  entre dibujos y dragones?
Llegó de un mundo lejano del que ya ninguno guarda recuerdos?

Sólo sé que te tengo en mi vida por algo.  Y no es tan banal como para evitarlo.
Saluda a la luna de mi parte que la envío para ti en las noche en que necesitas un abrazo.
Saluda all viento caliente que viaja de centro a sur, de sur a norte.  Cantalé tu melodía y yo te envío el verso.

Porque aunque cada cual haga su vida en su mundo.  Ya eres parte del mío,  y esos va mucho más allá de un breve encuentro físico.

Nos vemos en los sueños,  en las nuevos, en los bellos vuelos...  con un cogollín y un buen vino...

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